Se acerca el invierno, ¿tienes tu piel preparada para la llegada del frío? Con la bajada de temperaturas nuestra piel puede sufrir si no la cuidamos como es debido. El frío, el viento y el aire seco hacen que la piel se deshidrate con más facilidad, especialmente en zonas como el rostro que están constantemente expuestas. La falta de hidratación puede producir sequedad, rojeces, tirantez e irritaciones, sobre todo en las pieles secas y sensibles.
Prepara tu rostro para el invierno
Antes de que lleguen los meses de frío debemos preparar la piel para evitar la sequedad excesiva y que nuestro rostro luzca saludable y brillante este invierno.
- El primer paso para mantener una piel saludable es la limpieza diaria. En el mercado hay una gran variedad de productos para limpiar el rostro. Ten cuidado en la elección y asesórate del más adecuado para tu tipo de piel. Algunos pueden eliminar la capa de protección natural de la piel y con el tiempo favorecer la aparición de arrugas y líneas de expresión.
- Hidratación. Las cremas que funcionan muy bien en primavera y verano puede que no sean las más idóneas para los meses de invierno. Para esta época es más recomendable utilizar cremas hidratantes a base de glicerina, ceramidas o ácido hialurónico, ya que garantizan una hidratación más prolongada.
- Exfoliación. El invierno es sinónimo de piel apagada. Mediante la exfoliación del rostro se eliminan las células muertas que se acumulan en la piel durante el invierno. Realizando una exfoliación suave al menos una vez por semana se facilita la penetración de los tratamientos hidratantes, favoreciendo de esta forma a que el rostro recupere la vitalidad y frescura que se pierde frecuentemente durante el invierno.
- Protégete del sol. Aunque el clima de invierno es menos soleado, los rayos UV siguen incidiendo sobre nuestra piel. En las pieles más sensibles es recomendable aplicar un protector solar, en el resto de pieles puede ser suficiente si aplicamos en el rostro una crema hidratante con factor de protección.
Hay que tener en cuenta que la clave de que los tratamientos sean efectivos es la constancia. Adquirir una rutina diaria para el cuidado de nuestra piel es fundamental. Por ello es importante que los productos que utilicemos además de ser efectivos nos resulten agradables.
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