Nuestra piel se regenera constantemente. El envejecimiento y otros factores como el estrés, la alimentación, hormonas, etc. pueden alterar el mecanismo de regeneración natural de la piel y hacer que este proceso se ralentice. Para que nuestra piel no se vea apagada y envejecida podemos utilizar determinados productos cosméticos para liberar nuestra piel de las células muertas e impurezas y que recupere su luminosidad.
La exfoliación de la piel elimina el exceso de células muertas acumuladas en la epidermis y que nuestro cuerpo no puede eliminar. Es un hábito que debemos incluir en la rutina de cuidado de nuestra piel para que esta luzca sana y brillante. La exfoliación, además de mejorar el aspecto de la piel favorece la penetración de los productos que se aplican a continuación (hidratantes, anticelulíticos, tratamiento de estrías, etc.).
Exfoliación facial y corporal ¿Cómo debemos realizarla?
Exfoliación corporal
La frecuencia va a depender de nuestro tipo de piel y del producto que utilicemos. En general, con exfoliar la piel del cuerpo una vez a la semana suele ser suficiente. Una buena forma para realizar la exfoliación corporal es hacerlo durante la ducha. Para ello, podemos utilizar un guante de crin o esparto o un exfoliante corporal (cremas, mascarillas, etc.).
Siempre debemos utilizar productos exfoliantes adecuados a nuestro tipo de piel. En nuestra farmacia podemos recomendarte la exfoliante corporal más recomendable según tu tipo de piel. Los tratamientos exfoliantes no deben realizarse en el caso de que existan irritaciones en la piel, eccemas u otros problemas dermatológicos.
Exfoliación facial
Los exfoliantes faciales deben ser menos agresivos que los corporales ya que la piel del rostro es más sensible. Por ello debemos utilizar productos cosméticos específicos para la piel del rostro. Al igual que la exfoliación corporal, la frecuencia con la que debemos exfoliar la piel del rostro va a depender del tipo de piel. No es igual el tratamiento que debe recibir una piel grasa que una piel seca. No debemos exfoliar nuestra piel después de tomar el sol, depilarnos o realizar un tratamiento facial tipo peeling. Tras la exfoliación podemos aplicar el tratamiento facial que utilicemos a diario (crema hidratante, antienvejecimiento, despigmentante para las manchas, etc.).
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